7 octubre 2012 (por Hollywood)
Tras abandonar INDONESIA y el paso fugaz por MALASIA,
pisamos un tercer país en menos de cuatro días. De nuevo en vuelo nocturno con
escala de varias horas en Manila. Aquí intentamos tramitar el visado de dos
meses, pero al no solicitarlo nada más llegar a la zona de inmigración, tan
solo nos dan los 21 días habituales.
El siguiente vuelo, ya por la mañana nos lleva a PUERTO
PRINCESA, la capital de la isla de PALAWAN, la más occidental del país. Esta
estrecha y alargada isla se reclina sobre el mar Sulú.
Tras tanto viaje de un sitio a otro y tanto vuelo, nos
damos un pequeño capricho.
Aquí extendemos nuestro visado por dos meses y como no
será suficiente, nos informamos del precio de las siguientes extensiones.
Puerto, como la llaman los locales, no resulta muy atractiva en cuanto a paisajes; mucho tráfico, jeepneys, triciclos, sin playa…
es más bien una ciudad de paso.
Sin necesidad de excavar muy profundo, somos
conscientes de que nos encontramos en un país pobre, pero nos sentimos muy a
gusto con su gente alegre y amable, niños y niñas jugando en la carretera a la
cuerda, con latas, monedas, peonzas, en ferias con inocentes juegos que ni
siquiera recordábamos…
Vistas desde la azotea del Aniceto's Pension |
Todo esto nos hace dudar si hemos venido en avión, o si
una máquina del tiempo nos ha transportado varias décadas hacia el pasado.
Un bus local sin horario de salida nos lleva mostrándonos
verdes prados y montañas de roca caliza hasta llegar a SABANG.
Este pueblo solo
dispone de electricidad de seis de la tarde a once de la noche. Se trata de un pequeño
pueblo muy tranquilo junto al mar en el que a veces resulta difícil encontrar
un restaurante abierto.
Vistas desde nuestra cabaña |
Resort de lujo, desgraciadamente no era el nuestro |
Cuenta con una playa desierta con buenas olas para
coger a pelo, pero su mayor reclamo es su río subterráneo, recientemente
nombrado una de las nuevas siete Maravillas Naturales del Mundo.
Como si de un chiste se tratara, junto con un canadiense, una australiana, un francés y
una alemana nos adentramos en una barca poco más de un kilómetro de los 8,2
totales que tiene la cueva. En esta aventura en plena naturaleza engullidos en
una zona kárstica, aparecen a nuestro paso algunos macacos y lagartos gigantes.
Un jeepney a reventar nos lleva al cruce de la carretera
principal donde esperamos al bus para ir a EL NIDO. El tramo final fue para
olvidar, lleno de baches y, tras ocho horas, llegamos cubiertos de polvo, lo
cual quedó en anécdota si tenemos en cuenta que la primera mitad del viaje
fuimos en el techo del bus.
Este pequeño pueblo carece de electricidad de seis de la
mañana a dos de la tarde. Son cuatro calles repletas de triciclos con música a
todas horas.
Aun así, es un lugar tranquilo donde permanecemos durante dos semanas. La playa del pueblo es regular y una aldea cercana cuenta con otra playa, pero sin llegar a convencer.
Por lo que varios días fuimos a Las Cabanas que está más limpia, solitaria y cuenta con atardeceres de postal.
Aun así, es un lugar tranquilo donde permanecemos durante dos semanas. La playa del pueblo es regular y una aldea cercana cuenta con otra playa, pero sin llegar a convencer.
Por lo que varios días fuimos a Las Cabanas que está más limpia, solitaria y cuenta con atardeceres de postal.
El Nido se encuentra en la Bahía de Bacuit, formada por
45 islas con montañas de roca muy afiladas. Hay multitud de agencias que organizan excursiones a distintas islas
con escondites fabulosos. Un día hicimos el tour A donde visitamos la Pequeña y
Gran Laguna, la Laguna Secreta, Shimizu y Seven Commandos. El capitán y su
ayudante nos prepararon con esmero una deliciosa comida. Estad atent@s porque
en breve publicaremos un reportaje de este gran día en lugares mágicos. De
momento para abrir el apetito, os dejamos con estas imágenes exquisitas.
Gran Laguna |
Pequeña Laguna |
Seven Commandos |
Nos alojábamos en el Marikit Pension que tenía una
pequeña barbacoa a la que dimos uso alguna noche con algunas compras que
hacíamos en el mercado.
Atún de kilo y medio, 100 pesos |
En el Squido,
nuestro restaurante favorito, conocimos a Gonzalo, Juan y Martín, tres
argentinos que casualmente se toparon con Indio Ro en Gili días atrás.
Si esto
resulta inverosímil, aun lo es más cuando nos contaron que nos habían
reconocido por unos videos nuestros que les había mostrado su amigo Mauricio,
uruguayo con quien vivieron en Nueva Zelanda, y que a su vez nosotros conocimos
en CHINA junto a su mujer Flor. Vamos, que contado así, parece una telenovela!
Lo pasamos bárbaro con los pibes! |
Gonzalo y Juan, hinchas de Racing, y Martín fanático de
Newell’s, pero los tres son seguidores del Genio Bielsa, (para mí, no es ningún Loco). Estos pibes nos dan toda una lección de cómo negociar el tour C que
haríamos al día siguiente. Y es que de los 900 pesos iniciales por persona que
nos pedían en la agencia, ellos acabaron poniendo el precio final en 500.
Visitamos el Shrine, lugar católico de peregrinaje, y
varias playas, pero el día no acompaño demasiado.
También hice tres inmersiones con Marine Club siendo la
última la mejor, en Helicopter Island, donde nos metimos en una cueva de entrada y salida, muy espectacular.
Helicopter Island |
Un tifón que azotaba Manila estos días, dejaba sus
coletazos por nuestra zona. El día posterior a mi buceo, volcó un barco de
Marine Club, y debido al temporal, se aplazó un día el barco a nuestro
siguiente destino.
“No
existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes
más profundas.”
-- Friedrich
Schiller --