Malapascua, mala... pascua



20 diciembre 2012 (por Hollywood)

¿Qué dice Wikipedia sobre la isla en la que nos encontramos?

“El nombre de "Malapascua" fue dado por colonizadores españoles cuyo barco quedó varado en esa isla el día de Navidad, específicamente el 25 de diciembre de 1520, debido al mal tiempo. A causa de la desgracia de tener que pasar la Navidad lejos de sus compañeros y familiares atrapados en una isla desierta, los españoles llamaron a la isla Mala Pascua. A partir de entonces los españoles y los no lugareños se refirieron a la isla con ese nombre, mientras que los residentes locales también la llamaron Logon.”

Pues bien, han pasado unos cuantos siglos desde entonces, unas cuantas navidades… pero por lo visto en estas fechas el clima viene de serie. ¡Comprobado! Entre tifones y tormentas, pasamos estos días de fiesta. Algunos en el agua y otros fuera por culpa de infecciones de oído.

Unos días antes de Navidad habíamos conocido a Patricia y Sergio, pareja madrileña a la que asistimos en su curso de Advanced Open Water. También nos acompañaron Leland de Seattle y, Julia y Gonzalo, pareja española que lleva varios años viviendo en Singapur.

En Nochebuena nos juntamos un grupo de veintiuna personas para una cena tipo buffet en la playa para después ir a una fiesta local en una cancha de baloncesto.

Como la experiencia fue buena y tampoco abundan las alternativas en la isla, decidimos repetir lugar de cena y fiesta en Nochevieja. En la disco, Lisa, una local de 69 años que en sus años mozos fue bailarina en un club de striptease en Manila, nos demostró tener más energía que el resto del grupo junto.


Si hay un lado positivo al hecho de estar con infección de oído es tiempo libre fuera del agua, el cual empleamos para explorar partes de la isla que no habíamos visitado desde que llegamos hace mes y medio.




Tuvimos suerte este día de Año Nuevo con un sol que añorábamos. Es una maravilla captar los momentos más cotidianos de la gente local.




Un grupo de niñas muy simpáticas nos llevan hasta la playa de Los Bamboos y este bonito día termina con un buen atardecer.




Reunión de Año Nuevo para debatir los proyectos para 2013

La vieja y nueva escuela

Celebrando el nuevo año fumando cosa fina



“Dejé de creer en Santa Claus cuando tenía seis años. Mi madre me llevó a verlo en una gran tienda y él me pidió mi autógrafo.”

-- Shirley Temple --

Visita a Cebú y regreso a Malapascua


6 diciembre 2012 (por Hollywood)

Nuestro día a día sigue siendo de lo más placentero en Malapascua. Combinamos la vida marina diaria con agradables veladas con Irati, Rubi, Pepa y Edi.
Durante unos días el mar permanece en calma total, lo cual no siempre es sinónimo de excelente visibilidad bajo el agua. La imagen de piscina gigante resulta extraña y sospechosa.

La rutina del buceo se ve interrumpida por una nueva visita a Cebú. Carol tiene consulta en una clínica dental y, junto con nuestros instructores Rubí e Irati (http://www.buceomalapascua.com/), aprovechamos para realizar unas compras con vistas a las fiestas de Navidad. Malapascua es una isla muy pequeña cuyos recursos médicos y alimenticios son bastante limitados, así que cogemos provisiones para las siguientes semanas en Cebú. A menudo nos movemos por sus calles en los coloridos jeepneys por ocho pesos el viaje (menos de veinte céntimos).




Nos quitamos el "mono" de cine yendo a ver la interesante y original Cloud Atlas (El Atlas de las nubes). Seis historias que acontecen en siglos diferentes donde curiosamente, l@s protagonistas se reparten varios personajes en las distintas historias. ¿Suena enrevesado, verdad? Al tratarse de la versión original y un tanto complicada, habrá que verla de nuevo.

Salimos del bullicio de la ciudad, y de vuelta en nuestro hogar, Edi y yo continuamos avanzando con nuestro curso de divemaster superando exámenes de teoría, pruebas físicas, algún problemilla de oído… y a pesar de tener que madrugar a las 4.30 para ir “a la oficina”, merece la pena pasar un rato con nuestros “clientes”, los tiburones zorro.

Tienen unos ojos enormes muy sensibles a la luz, por lo que antes de que el sol incide de lleno sobre el agua, suben a desparasitarse desde las profundidades donde habitan normalmente entre cien y doscientos metros. De noche, cazan entrando en los bancos de peces azotando su cola y dan media vuelta para darse un festín con las presas que quedan aturdidas.

La amenaza de algún tifón vuelve a darnos días libres en el trabajo. Nosotros, que somos unos enamorados de nuestro “curro”, nos vemos frustrados por las inclemencias del tiempo. En cambio, para los niños locales la lluvia es como un regalo adelantado de Santa Claus.






 También se atreven a bailar el Gangnam Style.

"Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso, las horas y el tiempo pasan."

-- William Shakespeare --